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Los embutidos ibéricos son ese comodín de la despensa que nos puede arreglar cualquier cena o aperitivo. Como “fondo de armario” culinario, además, nos sirven para completar una comida. En suma: siempre conviene tener algo de chorizo, salchichón o lomo en casa, porque nos da la seguridad de que siempre tendremos algo que comer. Y que encima está buenísimo. Por esta misma razón, y aunque los embutidos son alimentos que duran bastante tiempo en la despensa o en la nevera, hay que tener en cuenta algunos factores sobre la durabilidad del ibérico. Sigue leyendo para descubrir lo que afecta a la duración y frescura de tus embutidos favoritos.
Existen varios factores relacionados con la exposición al aire, la pérdida de humedad y la oxidación que afectan a la conservación de los embutidos ibéricos
Una vez sacado el producto de su envase original, la primera consideración será ver las indicaciones de conservación del fabricante. Este dato lo podrás ver en las etiquetas de todos los productos de Dehesa de Solana. La siguiente, es saber que el formato del artículo en sí mismo. En este sentido, no es lo mismo si el producto está cortado o no. Esto afecta a su duración, ya que las chacinas enteras siempre duran más que el producto loncheado o troceado.
Una vez abras tus ibéricos de Dehesa de Solana, recuerda cómo conservar mejor los embutidos aquí.
Estas son las razones por las que el producto entero dura más que si está loncheado:
Cuando un embutido se corta en lonchas, aumenta significativamente la superficie que está en contacto con el aire. Esto acelera procesos como la oxidación de las grasas, que puede llevar a que el embutido alterere su sabor más rápidamente.
La exposición al aire también facilita la proliferación de microorganismos que pueden deteriorar el producto más rápidamente que si estuviera intacto.
Las lonchas de embutido pierden humedad más rápidamente que un embutido entero, lo que afecta su textura, volviéndolas secas y duras si no se guardan y protegen bien. Esta pérdida de humedad también tiene como consecuencia una menor vida útil.
Una vez abiertos, es mejor consumir los productos en un período corto, preferiblemente en menos de dos semanas
Los embutidos enteros, al estar protegidos por su propia envoltura natural o artificial, son menos susceptibles a la contaminación. Por eso, en Dehesa de Solana, recomendamos adquirir los sobres al vacío. Se este modo se aumenta la duración del embutido y evita la oxidación del producto, así como el cambio de sabor, al quedar intactas sus propiedades organolépticas.
Los ibéricos embuchados tienen una estructura compacta y una cobertura externa (como la piel natural o la tripa) que actúa como una barrera natural, protegiendo el interior del embutido. Al cortar en lonchas, esta barrera se rompe, haciendo al producto más vulnerable a los agentes externos.
Un embutido entero sigue madurando lentamente gracias a la protección de su envoltura natural, lo que le permite conservarse por más tiempo y mantener sus propiedades organolépticas intactas.
Podrás encontrar varios tipos de chorizo,salchichón y lomo de Dehesa de Solana en tiendas y en la web
Los embutidos loncheados suelen requerir un almacenamiento más cuidadoso. Necesitan ser envueltos adecuadamente y almacenados en condiciones controladas para evitar que se echen a perder, mientras que los embutidos enteros son más robustos frente a variaciones en el ambiente. Este inconveniente se salva con los envases preparados al vacío.
En formato de sobres al vacío, los ibéricos duran mucho más manteniendo la frescura y el sabor
Recuerda: el principal enemigo de la conservación es la oxidación, y esta se produce cuando el embutido se pone en contacto con el aire
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