Detrás de cada loncha de lomo ibérico hay un proceso artesanal, descubre cómo se hace
Si hablamos de productos símbolo de nuestra gastronomía y cultura, el lomo ibérico ocupa, junto con el jamón, un lugar muy especial. Ambos se consideran, quizá, las piezas más nobles a la hora de elegir las chacinas ibéricas más selectas. Tal vez por ello el lomo sea uno de los productos imprescindibles y más celebrados dentro de las cestas de Navidad. Pero, ¿cómo se transforma una pieza de carne en esa delicatessen que enriquecerá nuestra mesa? A continuación te explicamos cómo se hace el lomo ibérico Dehesa de Solana atendiendo a un proceso artesanal que implica una curación lenta y cuidada.
La materia prima: cerdos ibéricos en libertad
El lomo ibérico comienza mucho antes de llegar a la mesa. El origen es fundamental: en nuestra dehesa, los cerdos ibéricos crecen en libertad, alimentándose en un entorno natural privilegiado que define cada fibra de su carne. Estos animales disfrutan de bellotas, hierbas y raíces, lo cual aporta esa grasa infiltrada y ese sabor único que distingue a un buen lomo ibérico. Puedes conocer más sobre nuestras prácticas de cría y el entorno natural que ofrece Dehesa de Solana aquí.
Cada pieza de nuestro lomo ibérico empieza en la dehesa
Ingredientes del lomo ibérico
Una vez que los cerdos han alcanzado el momento ideal, se realiza una cuidadosa selección del lomo, una de las partes más nobles y magras. Esta pieza se caracteriza por su finura y calidad, lo que la convierte en la joya de los embutidos ibéricos. A diferencia del chorizo o el salchichón, el lomo no se tritura y se presenta en su forma íntegra para que cada bocado exprese la textura y el sabor de la carne.
Además de la propia pieza cárnica, que se emplea entera, son tres los componentes del lomo ibérico Dehesa de Solana: sal, ajo y pimentón.
En Dehesa de Solana contamos con la variedad de lomo más clásico y con el lomo ibérico blanco, que no lleva pimentón.
¿Se puede hacer el lomo en casa? La respuesta es sí, aunque es un proceso algo laborioso y que requiere tiempo y vigilancia. Si te animas, te dejamos una receta del popular cocinero Santiaguini (@lacocinadesantiago), que nos invita a ser creativos en el guiso.
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Curación: paciencia y dedicación
Después del adobo, el lomo se embute en una tripa natural y pasa al secadero, donde comienza la etapa de curación. Este proceso es todo un arte, ya que cada pieza debe alcanzar el punto óptimo sin prisas, respetando los tiempos de la naturaleza y el clima. En Dehesa de Solana, la curación se realiza de manera tradicional, con el mimo y el respeto que solo da la experiencia.
Durante los meses de curado, el lomo se controla constantemente, permitiendo que se desarrollen esos matices de sabor tan apreciados. La paciencia es clave, pues el lomo necesita tiempo para adquirir esa suavidad en boca y el equilibrio perfecto entre sabor y textura. La curación lenta es, sin duda, el secreto para un lomo ibérico de excelencia.
El lomo refleja nuestro compromiso con la sostenibilidad
Elegir un producto de calidad no es solo una cuestión de sabor, sino de apoyar prácticas responsables que respeten el bienestar animal. Descubre más sobre nuestros ibéricos aquí y por qué nuestros clientes nos eligen.
Cada loncha de lomo ibérico es una conexión con nuestra tierra, con el aire puro y las bellotas que nutrieron a nuestros cerdos. En Dehesa de Solana, apostamos por un producto que sea testimonio de calidad, con un proceso que asegura que el sabor y el aroma se mantengan en su punto óptimo.
El lomo es perfecto para cualquier ocasión, desde una tapa en una comida informal hasta el plato estrella de una celebración
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