Menú
Comprar algo sin pensárselo dos veces ya forma parte del pasado. En nuestros días, antes de decidirnos por un producto, tendemos a analizarlo examinando su etiqueta. En ella conoceremos de primera mano información relevante acerca de sus ingredientes o incluso del origen geográfico del artículo. Otro de los factores a analizar en el caso de los productos cárnicos concierne al bienestar animal. Descubre cómo y por qué nos hacemos cargo del bienestar animal en Dehesa de Solana.
En Dehesa de Solana proporcionamos a nuestros cerdos ibéricos un hábitat en el que se crían en libertad y dentro de nuestras propias fincas, contribuyendo así a su bienestar animal
Existe una gran diferencia entre unos productos ibéricos y otros: en Dehesa de Solana garantizamos el confort de los animales a través de su trazabilidad
Además de los ingredientes de los alimentos de origen tanto vegetal como animal, existe otro motivo de interés en el consumidor. Así, cada vez se da mayor importancia a la forma en que se crían y mantienen los animales, cuando los alimentos son de origen animal. En el caso de los productos avícolas, por ejemplo, uno puede saber si las gallinas han pisado el suelo, o simplemente han permanecido a lo largo de toda su vida encerradas en una jaula elevada.
En el caso de los embutidos, entre los que también se encuentran los productos ibéricos, el interés se centra en saber si el cerdo proviene de una macrogranja. En este caso, hablaríamos de condiciones de malestar. Por no decir crueldad. En este tipo de granjas estabuladas no se considera el sufrimiento del animal, sino que es una fórmula centrada únicamente en el rendimiento y la producción. Así, dentro de un espacio cerrado, se concentra un alto número de animales que nunca saldrán al exterior.
Los cerdos ibéricos criados en el espacio de la dehesa tienen garantizadas unas condiciones de vida consideradas tanto dignas como óptimas
Unas circunstancias de vida adecuadas, por otra parte, inciden directamente en el resultado final, dando lugar a unos embutidos ibéricos y a unos jamones de una calidad muy superior.
La relación entre la calidad y el sabor de la carne de los cerdos ibéricos y su estilo de vida es ampliamente conocida en el siguiente sentido:
-La ingesta de bellotas y de piensos naturales y de alta calidad biológica constituye la mejor nutrición para el porcino ibérico, incidiendo en el sabor posterior del producto. En Dehesa de Solana cuidamos al máximo la alimentación del cerdo ibérico proporcionándole bellotas en la última etapa de su vida cuando este es de montanera. Durante el resto del año, o en el caso de productos de cebo, le proporcionamos piensos a base de cereales naturales. Estos, además, los fabricamos allí en la finca misma, en nuestro molino de pienso.
Lo que come el cerdo y el que haga o no ejercicio físico afectan a la calidad de los productos ibéricos: En Dehesa de Solana nuestros cerdos se crían al aire libre y con espacio para correr en libertad.
El hecho de que los animales puedan permanecer en el exterior, puedan correr y de este modo ejercitar de forma natural sus fibras musculares, también es importante. En este caso, el movimiento del porcino contribuye al mejor reparto e infiltración de la grasa. Este es el responsable del sabor y del aroma únicos presentes tanto en el jamón como en el resto de los productos ibéricos.
(Foto ASICI)
Además de lo anterior, al consumidor de hoy también le preocupa la sostenibilidad. Esto es, en qué medida la crianza de estos animales respeta el medio ambiente y asegura una continuidad no contaminante. En el caso de Dehesa de Solana, este aspecto queda salvaguardada por la cantidad de arbolado presente en nuestras dehesas.
.